Estoy
con los que afirman que Azam Ali es un obsequio de Dios. Azam Ali, nacida en
Irán en 1970 y radicada en los USA desde los quince años, es una cantante hechizadora y una virtuosa del santour (una especie de
salterio) que estudió con el maestro Manoocher
Sadeghi. Ha participado en distintas formaciones (VAS, NIYAZ, VGM,
Roseland), ha colaborado con grandes músicos como Gregg Ellis, Shahrokh
Yadegari o Serj Tankian y nos ha regalado una colección de joyas personales que
no pueden faltar en nuestra discoteca.
La
primera vez que escuche su mágica voz me quedé conmocionado; un sentimiento de belleza
y paz absoluta me invadió y no pude hacer otra cosa que sumergirme lentamente
en un remanso de espiritualidad. No suelo ser dado a estos transportes
psicodélicos, al menos desde los tiempos de Pink Floyd o de Ash Ra Temple. El
chillout exótico y los Echoes of the Nature me relajan pero no llego a flipar
con ellos: son adecuados compañeros de lectura o de siesta según me pille el
cuerpo. Pero cuando escuché a Azam Alí me lancé como un poseso sobre una
aplicación que tenía en el móvil (y que he descartado porque se me comía la
memoria) y allí estaba: “Golzar” de NIYAZ. Y por encima de aquella música
cautivadora, la voz de Azam Ali.
Hasta
que no me hice con aquel disco no paré y luego vinieron muchos otros: Azam Ali
con VAS: Offerings (1998) o In the Garden of Souls (2000), Golzar (2005) con NIYAZ, y después su
carrera en solitario desde Portals of
Grace (2002) hasta el exquisito Lamentations
of Swans (2013). Pero ya está bien de rollos, espero convertiros a la religión de la belleza
que nos brinda el alma pura de Azam Ali con estas tres muestras de su arte. En
primer lugar os invito a escuchar Parishaan
para abrir boca
.
Seguimos con una muestra genial del show inmersivo multimedia de NIYAZ
Y para rematar felizmente The Triumph of love
No hay comentarios:
Publicar un comentario