Esta joya que
Amy Winehouse rescata del pasado, fue publicada en su último disco recopilatorio Lioness: Hidden Treasures (2011) y es
sin duda un precioso tesoro oculto y un auténtico regalo póstumo para todos nosotros de la reina devastada. Con este cover del tema clásico de Ruby & the
Romantics (1963), Amy nos muestra su pertenencia con todo derecho, al club de las más grandes, y
como ellas ha tenido que quedarse en el camino, para formar parte de la
gloria y el recuerdo imperecedero en el Olimpo del R&B, con Billie, Janis,
Whitney…
La mejor de su
generación, sin la menor duda, y la comparación resulta odiosa incluso
con este primitivo tema reggae-skatalitico que han intentado recuperar cantantes
como Cristina Aguilera o Jamie Cullum y que han embarrancado impunemente por
falta de autenticidad o exceso de manierismo. Si hay alguna versión que se
aproxima a la de Amy (salvando la original) es la de Klaus Waldeck & Eva Zeebee Engel, por lo que os aconsejo que
la escuchéis con cariño. Pero ninguna como Amy y su cadencia arrastrada, su
expresividad canalla y su voz y estilo portentoso que la llevaron a ser única
entre todas esas borrachas maravillosas que nos dejaron huérfanas y huérfanos
de estremecimientos en el alma y el corazón. No se lo tengamos en cuenta.
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