Si existía
algo parecido al paraíso para los amantes de las delicatesen y demás personal
de morro fino, eso era Hediard.
Y no es que haya pasado a mejor vida esta maravillosa tienda emblemática de
París, porque Hediard es consustancial a la Ville Lumière y por lo tanto eterna, sino que, por
caprichos del capitalismo, ha ido cambiando los últimos años de dueño y no
todos han sido fieles al espíritu de la marca. Después de que se rumoreara que un
consorcio ruso quería especular con el impresionante edificio del nº 21 de la Place de la Madeleine donde tiene su sede
desde 1870, sus actuales propietarios (el grupo especialista en alimentación de
alta gama Do & Co) han acometido una reforma integral del local y prometen sorprender y agradar a
todo el mundo con el resultado. Seguramente así será, porque detrás de la obra
está el arquitecto y diseñador Jean-Michel Wilmotte, pero no será el Hediard
que conocimos con sus estanterías de madera oscura repletas de tarritos de
cosas exquisitas, confituras, mermeladas imposibles, su bodega esplendida, sus
miles de especias, y sus millones de tés y cafés, y las mesas repletas de
frutas exóticas y los patés para perder la cabeza y las mostazas, los bombones
y las frutas glaseadas y su maravillosa manera de empaquetar con sus cajas y
sus lazos rojos. Y aquella escalinata de madera que auguraba un ascenso
glorioso al mundo de las cosas deliciosas…y caras.
Han prometido
que para el año que viene inaugurarán la nueva tienda de Hediard. Si siempre
merece la pena ir a Paris, ahora tendremos un nuevo motivo que añadir para una
escapadita. De momento, y no entendáis esto como una traición, podemos cruzar
al otro lado de la Madeleine y entrar en Fauchon para quitarnos la espinita y zamparnos unos
pastelazos, o unos bombones o unas galletitas o comprar un tarrito de mermelada
de castañas y clementinas. Lo dicho, Paris no es una ciudad, es un sueño (o una
pesadilla si estás a dieta).
(*) Mientras
esperamos el regreso de Hediard a la
Place de la Madeleine podemos dejarnos caer por su filial en Paris en el número
70 de la Avenida Paul Doumer (16eme.-Passy-Donde las embajadas).
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