domingo, 19 de noviembre de 2017

SIR EDWARD COLEY BURNE-JONES Y LOS PRERRAFAELITAS



Sir EdwardColey Burne-Jones nació el 28 de agosto de 1833,  en Birmingham, Inglaterra. Junto a Dante Gabriel Rossetti, John Everett Millais, William Holman Hunt, Gustave Moreau y otros,  pertenece a la escuela Prerrafaelita o Hermandad Prerrafaelita como les gustaba denominarse. Cronológicamente, esta Hermandad apenas duró como tal más allá de seis o siete años (1848-56),  pero las líneas clave y los principios sustanciales que compartieron sus miembros estuvieron presentes a lo largo de sus carreras. 


Los prerrafaelitas rechazaban la pintura académica imperante en su época y consideraban a Rafael Sanzio, el cúlmen del arte pictórico y a sus antecesores, especialmente a los antiguos maestros italianos y flamencos, como los exclusivos poseedores de los secretos de la luz, el color y la perfección en la línea y el dibujo. Admiraban por su autenticidad a Piero della Francesca, Domenico Ghirlandaio, Andrea Mantegna, Sandro Botticelli, Jan Van Eyck, Rogier Van der Weiden, etc. 


Otra característica de los prerrafaelitas en general, y de Burne-Jones en particular, es su gusto por las escenas mitológicas y legendarias, los mitos clásicos y las leyendas medievales especialmente los mitos artúricos influidos por la lectura de Sir Thomas Malory. Tras la ruptura (más formal que sustancial) de la Hermandad, esta característica definiría al menos temáticamente a los dos grupos escindidos: los partidarios del realismo (John Everett Millais) y los medievalistas (Rosetti , Burne-Jones, Hunt…). 


Es uno de los pintores con mayor prestigio en la Inglaterra del siglo XIX y principios del XX. A su influencia y a la de  los prerrafaelitas se debe la imaginería mitológica y legendaria de las historias de J.R.R. Tolkien, los comics de Hal Foster, o Marion Z. Bradley y sus Nieblas de Avalon y, en general, la de todas las sagas de espada y brujería que pueblan las estanterías de los friquis del mundo.  Falleció en Londres en 1898 sin haber podido ver con sus propios ojos el nacimiento del siglo XX. 







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