viernes, 8 de diciembre de 2017

CHEMA MORÁN BERRUTTI



              Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua,  artista es una persona dotada de la virtud y disposición necesarias para alguna de las bellas artes. También es quien actúa en un espectáculo teatral, cinematográfico, circense, etc., interpretando ante el público, y además es el artesano que ejerce un oficio, o aquel que hace alguna cosa con suma perfección. Bien, pues todo eso es Chema Morán Berrutti. Cuando decimos de alguien que es un artista en el más amplio sentido de la palabra, nos estamos refiriendo a él definiéndole en todos sus puntos cardinales. 






              Después de más de treinta y cinco años todavía sigue sorprendiéndome su energía, su sensibilidad y su amor por la belleza. Esa rebeldía casi adolescente de hombre sabio que ha militado en todas las trincheras pero que no está de vuelta de todo, que aún nos sorprende y se sorprende a sí mismo con un nuevo gesto o una nueva mirada. Decía Marcel Duchamp que no creía en el arte sino en los artistas, pues yo creo en Chema Morán porque siempre está ahí al lado, cercano, amable o incorrecto, gamberro y juguetón, profundamente humano, amigo entrañable y creador infatigable de armonías sin impostura, de una belleza de lo cotidiano que podemos tocar con la punta de los dedos sin temer que acabe encarcelándose en el parnaso de los consagrados, con su mágico sentido del humor delicado pero incisivo y sus eternas ganas de dejarnos paladear un trocito de la poesía que atesora en su interior. 


  




              Polifacético, poliédrico, polícromo, polifónico, polichinela. Todo lo poli le cuadra. Escultor, ceramista, nigromante que domina la alquimia  de los elementos primordiales: tierra, agua, fuego y aire. Con sus múltiples lados de colores mediterráneos, los blancos de la espuma y los azules del cielo confundido con el horizonte de las profundidades donde duermen los pecios de todas las culturas ribereñas de un lado y otro del Mare Nostrum, de nuestra madre común. Chansonnier irónico, cargado de melancolías propias y ajenas, frívolo cupletista con el magisterio del doble sentido y la procacidad justa para hacer que brote la sonrisa traviesa y retozona, coplero que nos pasea por el camino de la fatalidad, del amor y el desamor, los celos y la tragedia, bolerista  apasionado , cantor del arrebato y del deseo satisfecho o contrariado. 






              Su Curriculum Vitae le capacita para haber vivido intensamente más de una vida y no ha habido bombardeo al que no haya sido capaz de apuntarse: Artesano, Poeta de la Forma, Ceramista, Artista Plástico, Pintor, Escultor, Dibujante, Docente, Carnavalero, Arqueólogo Urbano, Diseñador y Constructor de Hogueras, Decorados y Mobiliario, Agitador de Conciencias, Militante del Movimiento Vecinal, Chansonnier… pero sobre todo es un amigo del alma, un compañero de fatigas y diversiones, y cada día un poco más hermano. Volvía a decir Duchamp que siempre son los demás los que se mueren, espero que en su caso sea así. 




No hay comentarios:

Publicar un comentario