viernes, 8 de diciembre de 2017

PAUL MCCARTNEY Maybe I'm Amazed



            Corría 1969 y desde su tumba ficticia Paul Mccartney se arrastraba entre la depresión y el alcohol. El sueño se había acabado. “Diferencias personales, diferencias de negocios, diferencias musicales, pero sobre todo porque paso mejores momentos con mi familia. ¿Temporal o permanente? Realmente no lo sé». Ese fue el epitafio que Paul incluyó como autoentrevista en la carpeta de su primer disco en solitario. Otro motivo más para agrandar la herida, porque se empeñó en publicar “McCartney” un mes antes (17-4-1970) de que Apple pusiera a la venta “Let it Be” (8-5-1970). La bronca fue sonada, y menos felicitaciones, hubo de todo. Ringo y él se amenazaron de muerte, John le ninguneó y dijo aquello de que Paul era “muzak for my ears”. El único que templó gaitas, o más bien sitares, fue George que reconoció el genio de su compañero en composiciones como Every Night o la que nos trae hoy aquí: Maybe I´m Amazed. La crítica fue contundente y lo vapuleó sin piedad acusándole de banalidad y descuido, aunque la verdadera razón fue que TODO el mundo le atribuyó el fin de los Beatles y debía pagar por ello. Pero con los años, la opinión sobre “McCartney” ha ido cambiando y hoy en día recibe comentarios bastante benévolos y mucho más ajustados. Realmente es un disco sencillo y sin ningún adorno. 


              Recoge canciones descartadas del proyecto GetBack, temas que escribió en su retiro en Campbeltown (cuando se dijo que había muerto) y otros que elaboró e incluso improvisó sobre la marcha mientras grababa él solito todos los instrumentos en un magnetófono de cuatro pistas. Posteriormente las pasó a ocho pistas en un estudio independiente donde terminó de perfilarlo y acabó de rematar la faena en los estudios Abbey Road trabajando bajo seudónimo. Inexplicablemente para la crítica especializada y sus excompañeros, vendió más de un millón de ejemplares en todo el mundo y fue número uno en el Billboard en USA, o número dos en el UK Album Charts en Reino Unido. Parte de ese éxito se debe sin duda a la simplicidad campestre que rezuma, ya que suena como sonaría un tipo relajado al amor de la lumbre haciendo música para pasar un buen rato con la familia y los amigos («posee una calidad casera entrañablemente harapienta»). Y otra parte del éxito se debe a que estamos hablando de Paul McCartney, que podrá gustar más o menos pero al que nadie puede negar su genialidad como compositor y el carisma de su música que se te acaba metiendo dentro para emocionarte aunque no quieras. Pero dejémonos de historias y escuchemos Maybe I´m Amazed en el Wings American Tour en 1976.




              Para completar la diversión, os invito a disfrutar de este cover de los Faces de Rod Stewart y Ron Wood grabado para la TV británica también en 1976.




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