martes, 3 de abril de 2018

MERCADO DE CAROLINAS

            Cuando era joven y soltera me horrorizaba hacer la compra de la casa, o sea, cosas de comer, de limpieza, de intendencia en general. Y más todavía me espantaba hacerlo en mercados, mercadillos y comercio tradicional. Eso de llegar a una cola y tener que esperar a que el tendero/a terminara su charla banal con la clienta cotilla de turno, que le contaba su vida y la de todo el barrio… qué pesadez. Por eso lo evitaba como a la peste, y compraba en el súper del barrio donde yo cogía las cosas, las pesaba y sólo hacía cola, bastante neutra y sin charlas, frente a una aséptica caja con su eficiente cajera que tardaba como tres segundos en atenderte.

                   Pero eso fue hasta que conocí a mi marido, gran amante de los mercados, mercadillos y comercio tradicional de toda índole y pelaje, cuanto más abarrotados mejor. A él le encanta llegar y con un sonriente “qué tal”, pegar la hebra, esto es, iniciar una conversación insustancial sobre el tiempo, la política, la vida en general, con el comerciante de turno, formando una cola de padre y muy señor mío. Al principio me desesperaba. Quería irme, morirme, abandonarle a su suerte. Pero él insistió en llevarme a tales sitios, aburridísimos para mí hasta que empecé a integrarme en el ambientillo. Entonces, después de un tiempo, empecé a hablar yo también. Primero con monosílabos, cual mono de feria enfurruñado. Después, incorporando alguna que otra sonrisa.


            Ahora me encantan mis conversaciones del sábado por la mañana con Mari, mi pescadera de cabecera, y Pablo, su hijo. Y con Paquito, el olivero, amigo del colegio de Enrique, mi marido, y ahora amigo mío por matrimonio. Y con Rafa y su mujer, del puesto de los quesos y fiambres. Incluso las echo de menos durante el resto de la semana. Estoy hablando concretamente de la gente de los puestos del  Mercado de Carolinas, lugar que frecuento desde hace aproximadamente 20 años. Todos estos profesionales, y algunos otros, se han ido convirtiendo con el paso del tiempo en amigos, a veces confidentes, personas con las que hablo al menos una vez por semana, más que con algunos de mis amigos más íntimos a los que por unas cosas o por otras veo con menos frecuencia. Debo confesar que ahora me encanta: eso de agarrar un gallo de San Pedro por lo ojos mientras Mari me cuenta cómo ha procesionado con teja y mantilla esta Semana Santa con el paso de su parroquia; o degustar una aceituna aliñada por Paquito al tiempo que comentamos la última serie de moda de HBO o de Netflix…



              Ahora, amigos y amigas, no puedo pasar sin ellos, sin sus consejos y chascarrillos semanales y, sobre todo, sin sus productos, que son de lo mejor que se puede encontrar en Alicante a un precio razonable. Os los recomiendo muy encarecidamente. Visitadlos, probad su mercancía y luego ya si eso, me contáis…


lunes, 2 de abril de 2018

EDGAR ALAN POE. (1809 -1849)




   Se consigna como fecha oficial de publicación de este poema de Edgar Alan Poe el mes de mayo de 1849 aunque las versiones tradicionalmente aceptadas como referencias editoriales pueden considerarse póstumas al ser posteriores a octubre de 1849, fecha en que muere el poeta.

   Annabel Lee  hace referencia al  tema romántico por excelencia del amor más allá de la muerte. Un tema heredero del descenso de Orfeo a los infiernos para rescatar a Eurídice que nos narra Ovidio en las Metamorfosis o del periplo de Dante por los cielos de la mano de su amada Beatriz o de aquel “polvo enamorado” de Quevedo, pero que en el alma atormentada de Poe es a un tiempo amor desmesurado y escandaloso por pederástico, incestuoso y necrofílico. Un amor arrebatado que incendia y rompe el corazón. Allan Poe amó con esta locura a su primita Virginia Eliza Clemm a la que desposó secretamente cuando esta contaba con apenas trece años en  1835 y a la que respetó carnalmente hasta el fin de sus escasos días enferma de tuberculosis en 1847, dos años antes de la muerte de Poe. Pese a todos los esfuerzos baldíos por abandonar sus vicios (alcohol y láudano) y regularizar su vida con un nuevo matrimonio con un antiguo amor de juventud, Poe  fue hallado en las calles de Baltimore en estado de delirio, «muy angustiado, y [...] necesitado de ayuda inmediata». Fue trasladado por su viejo amigo James E. Snodgrass al Washington College Hospital, donde murió el domingo, 7 de octubre, a las 5:00 de la madrugada.

   No nos queda sino morir juntos. Ahora ya de nada sirve razonar conmigo; no puedo más, tengo que morir. Desde que publiqué Eureka, no tengo deseos de seguir con vida. No puedo terminar nada más. Por tu amor era dulce la vida, pero hemos de morir juntos. [...] Desde que me encuentro aquí he estado una vez en prisión por embriaguez, pero aquella vez no estaba borracho. Fue por Virginia.
Carta a Maria Clemm, 7/7/1849.

Fue hace muchos, muchos años atrás
en un reino junto al mar
que vivió una doncella a quien ustedes quizá conozcan
por el nombre de Annabel Lee
Esta señorita vivía sin ningún otro pensamiento
mas que amar y ser amada por mi
Era una niña y yo un niño
en este reino junto al mar
Mas, amábamos con un amor que era más
que cualquier amor
Yo y mi Annabel Lee
Con un amor que los serafines alados del cielo
codiciaban, de ella y de mi
Y esta fue la razón por la que hace tiempo
en este reino junto al mar
un golpe de viento del cielo, en la noche
dejó helada a mi Annabel Lee
de tal modo que sus parientes de alta cuna
vinieron y la rescataron, llevándosela lejos de mi
para hacerla callar, en un sepulcro
dentro de este reino junto al mar.
Los ángeles, ni la mitad de felices en el cielo
se volvieron envidiosos de ella y de mi
¡Si! esta fue la razón (como todos los hombres saben
en este reino junto al mar)
por la que un viento caído del cielo
heló y mató a mi Annabel Lee
Pero nuestro amor era mucho más fuerte
que el amor de esos quienes fueron más viejos que nosotros
de mucha más sabiduría que nosotros
y ni los ángeles allá arriba, en el cielo
ni los demonios bajo el mar
podrán nunca separar mi alma
del alma de la hermosa Annabel Lee
Pues la luna jamás brilla sin traerme sueños
de la preciosa Annabel Lee
Y las estrellas nunca volverán, pero veo el brillo de ojos
de la bella Annabel Lee
Y así, durante la marea en la noche
me acuesto al lado de mi querida, mi adorada
mi vida y mi esposa
en el sepulcro, allí junto al mar
en su tumba, al lado del resonante mar.

H de HIMEN

Enrique López Gosálbez (Sexólogo)

El himen es un una delgada membrana de tejido conjuntivo localizada alrededor de la abertura vaginal y que la cierra parcialmente. Al parecer, esta membrana actúa como una especie de protección frente a ciertas enfermedades infecciosas durante la infancia ya que la mujer no desarrolla sus propias defensas vaginales hasta la pubertad. Sin embargo, algunas culturas sexistas otorgan un alto valor simbólico al pellejito de marras como signo de honestidad, convirtiéndolo en un referente de discriminación y represión de la sexualidad femenina.

Curiosamente, esta moral puritana dio paso en nuestra Edad de Oro a una inusitada proliferación de manos expertas en el delicado arte de remendar virgos de las que tan llena a rebosar se encuentra nuestra literatura clásica. Entre todas ellas, la más grande e inmortal fue la madre Celestina, trotaconventos, hechicera y hábil reconstructora de virtudes perdidas. Pero no le fueron a la zaga eminentes brujas y parteras como Eritea, de la que nos habla Juan del Encina en su Égloga de Plácida y Vitoriano (1513) que se vanagloriaba de su pericia como zurcidora de jovencitas inquietas: “si quantos virgos he fecho / tantos tuviesse ducados, / no cabrían hasta el techo/”. O la famosa “Corneja” de la Tragicomedia de Polidoro y Casandrina, o la bella Lozana, prostituta experimentada en el arte del pespunte y que pasó a la historia en 1528 merced a la obra de Francisco Delicado.

        Pero, cosas del destino, en nuestra sociedad reposmoderna digital y milenarista no ganamos para sorpresas y para pasmo general (o no), se ha revalorizado la muy antigua profesión de alcahuete remendador. Por dos o tres mil euros, cualquier cirujano avezado en estas lides te puede practicar una himenoplastia y dejarte como nueva. La bondad de los resultados varía de acuerdo con la técnica utilizada y esta depende del destino práctico que quiera darle la usuaria al neohímen. Si quedan restos del original pueden unirse temporalmente pero no puede transcurrir mucho tiempo hasta el momento de la desfloración (hermosa palabra). En el caso de que no hubiera material suficiente para este tipo de reconstrucción, los cirujanos utilizan un material orgánico que puede romperse con cierta facilidad: el Alloplant, o directamente crean una membrana vascularizada para que pueda sangrar durante el acto y en el colmo de la sofisticación, puede incluirse una pequeña capsula gelatinosa de una sustancia parecida a la sangre. En última instancia, se puede optar por una cirugía plástica vaginal más seria en la que se reconstruye a partir del epitelio vaginal  un himen menos fungible que los anteriores.


        Y todo esto para qué. Sabemos que aproximadamente una de cada mil mujeres carece de himen de manera natural y que entre un treinta y un cuarenta por ciento de las mujeres no sangran durante el primer coito. Dos mitos por el precio de uno al servicio de la hipocresía machista, la discriminación moralista patriarcal y la violencia institucionalizada del patriarcado sobre la sexualidad femenina: el de la castidad garantizada a través de la prueba del algodón y el del orgullo machirulo de tener la polla como una broca del 18. Entre tanto, algunos cirujanos están haciendo su agosto para tranquilidad de padres supernumerarios con hijas casaderas que han sufrido un placentero desliz, para damas pías con tendencia a la distracción, o (y esto es lo más inquietante) para mujeres de culturas violentamente sexistas que quieren evitar males mayores o esclavas sexuales con las que comercian las redes de trata de personas. 


AIN´T NO MOUNTAIN HIGH ENOUGH. MARVIN GAYE & TAMMI TERRELL


En 1959, Berry Gordy, yesero, estampador, boxeador, compositor y productor, hombre orquesta y emprendedor, compró las instalaciones de una pequeña discográfica especializada en jazz, la 3-D Record Mart, en su Detroit natal. Allí se desarrollaría uno de los fenómenos musicales de la música negra de los sesenta, setenta y ochenta: la TamlaMotown Records. Jackie Wilson, Smokey Robinson and the Miracles, The Supremes, Martha and the Vandelas, Temptations, Commodores, Gladys Knight and the Pips, The Four Tops, Marvin Gaye, los Jackson5, Stevie Wonder y un larguísimo etc. que constituyeron no solo un elenco de artistas triunfadores y una fábrica de éxitos, sino algo mucho más sólido y definitivo: un sonido, un estilo, una tendencia. Pero esa historia no siempre gloriosa es un cuento para otro día. Hoy vamos a recordar uno de esos éxitos protagonizado por dos fulgurantes estrellas que brillaron hasta deslumbrar a todo el mundo y que transitaron por el lado amable de la vida hasta ser arrastrados por un destino trágico e implacable. Marvin Gaye y Tammi Terrell y su inolvidable Ain´t No Mountain High Enough (1967). Tammi falleció a los 25 años en 1970 de un tumor cerebral, había sido una artista envidiada pero también una víctima de la violencia de género. Marvin se vino abajo cuando murió su compañera artística y tras una dura travesía del desierto por el mundo de las drogas fue capaz de resurgir convertido en una leyenda. Como todas las leyendas, su final: desdichado y tremendo. En 1984, a los 45 años, y en el transcurso de una bronca monumental, su padre –dicen que en defensa propia- le pegó dos tiros con la pistola que él mismo le había regalado.

En 1970, la glamurosa Diana Ross reeditó este tema y lo convirtió en un pelotazo, número uno en el Billboard. Os lo pongo también para escarnio de la Ross. La letra podéis encontrarla en el siguiente enlace.






NAVAJAS KYOTO Y SOPA DE PARMESANO Y ESPARRAGOS AL GUSTO DE FERRÁN ADRÍA (*)


Hoy vamos a quedarnos con el personal. ¿Quieres aplastar a tu cuñado o cuñada bajo la más cruda de las evidencias? Si, eres inconmensurablemente mejor cocinillas. Aún diría más,  el concepto “cocinillas celestial” fue inventado para describir tus extraordinarias aptitudes, suerte de fusión áurea entre ciencia culinaria y taumaturgia. Para ello, nada mejor que marcarte estos dos ¡¡DOS!!, platazos de Ferrán Adriá. Y lo que es ya lo máximo: no tienes que soportarle ni intentar desentrañar su balbuceante y friqui lenguaje catalanocastellanoklingom. Para eso estamos aquí.
Qué vamos a contarte de Ferrán Adriá que no se haya dicho anteriormente. De hecho, más valdría que no dijéramos nada no vaya a ser que suba el pan (de masa madre, por supuestísimo). Para eso tienes el enlace que te hemos sugerido en el hipervínculo anterior. Esta dos realizaciones tienen una dificultad media y requieren dedicación, finura y entrega. Pero merece la pena el esfuerzo. Como es posible que tus invitados se queden lampando, podrías completar el menú con alguna de las exquisiteces favoritas de tu recetario personal de cocina moderna. También puedes echarle un vistazo a alguna de las recetas que venimos publicando en este santo blog. Pincha en la pestaña RECETAS y vualá! : cenita virguera. Sírvela con un buen cava brut nature o un rosado Viñas de Anna Pinot Noire y ya nos lo cuentas.


NAVAJAS KYOTO

Ingredientes para 4 personas
-         12 navajas
-         4 setas shitake ( o champiñones Portobello)

Vinagreta:
-         50 gramos de jengibre fresco
-         4 cucharadas de salsa de soja
-         0,25 cl. de aceite de oliva refinado (arbequina)
-         cebollino fresco

Preparación:
-         Escaldar 5 segundos las navajas en agua hirviendo
-         Sacar los moluscos con cuidado para no romperlos
-         Reservar las cascaras para servirlos
-         Cortar las setas shitake en láminas finas y dorarlas en la sartén

Elaborar la vinagreta de soja y jengibre:
-         Cortar el jengibre en daditos y confitar a fuego suave con el aceite
-         Dejar enfriar. Añadir la salsa de soja con el cebollino picado.

Presentación:
-     Disponer las navajas en su concha, aliñar con la vinagreta y terminar añadiendo las láminas finas de shitake.




SOPA DE PARMESANO Y ESPÁRRAGOS

Ingredientes para 4 personas:
-         2 botes de espárragos blancos

Para el suero de parmesano:
-         250 gramos de parmesano reggiano
-         20 cl de agua

Para la sopa de espárragos
-         200 g. de puré de espárragos licuado
-         8 yemas de huevo de codorniz
-         virutas de parmesano
-         limón
-         cebollino
-         20 cl. de agua de espárragos (del bote)
-         20 cl. de suero de parmesano

Preparación:
-     Escurrir el agua de conserva de los espárragos y reservar 20 cl. Cortar 12 puntas y guardar hasta el momento de servir. Licuar el resto hasta obtener un puré.

Suero de Parmesano
-            Llevar el agua a hervor, añadir el parmesano rallado, mezclar y dejar infusionar en una zona caliente, pero fuera del fuego, durante 30 minutos.
-     Colar desechando la parte sólida para otra elaboración. Dejar reposar la parte líquida a temperatura ambiente 30 min. Pasado este tiempo guardar en la nevera.
-            Una vez frío, separar la grasa (en la parte de arriba) del líquido (parte de abajo).

Sopa de Espárragos
-     Mezclar el puré de espárragos licuados con el suero de parmesano y 20 cl. de agua de espárragos. Colar y poner a punto de sal. Reservar en frío.

Presentación
-       Disponer en cada plato 3 puntas de espárragos, unas virutas de parmesano y 2 yemas de codorniz y terminar con unos tallos de cebollino y piel de limón rallada. Una vez en la mesa, verter en cada plato sopa de espárragos con suero de parmesano.


(*) Cocina con Firma: Ferrán Adriá. Editorial El Pais SL. Madrid 2007